En el mundo actual, donde la necesidad de energía sostenible se vuelve cada vez más esencial, la energía hidráulica destaca como una solución prometedora. Este tipo de energía aprovecha el movimiento del agua, ya sea en forma de corrientes o saltos, para generar electricidad de manera limpia y sostenible. En este artículo, exploraremos la generación de energía hidráulica y su relevancia en la era de las fuentes renovables, especialmente en tiempos de sequía. Descubriremos cómo esta forma de energía contribuye a la sostenibilidad y cómo puede desempeñar un papel crucial en la transición energética.
DEFINICION Y FUNCIONAMIENTO
La energía hidráulica, también conocida como energía hidroeléctrica, utiliza la fuerza cinética y el potencial del agua para generar electricidad. A lo largo de la historia, civilizaciones antiguas, como los romanos y los chinos, ya utilizaban molinos de agua para aprovechar esta fuente de energía. Hoy en día, las centrales hidroeléctricas en las presas de embalses son ejemplos comunes de la aplicación de la energía hidráulica.
El funcionamiento de una central hidroeléctrica es relativamente simple pero muy eficiente. A través de una turbina impulsada por el flujo de agua controlado, se genera electricidad de manera continua. Este proceso se basa en la acumulación de agua en una presa, su liberación controlada y el aprovechamiento de la energía cinética resultante. La energía hidráulica representa aproximadamente el 17% de la energía eléctrica generada en España, lo que demuestra su importancia en la matriz energética del país.
TIPOS DE CENTRALES HIDROELÉCTRICAS
Las centrales hidroeléctricas se dividen en diferentes tipos según el flujo del agua y la potencia de generación. En primer lugar, tenemos las centrales hidroeléctricas de embalse, que son las más conocidas. Estas centrales construyen una o varias presas para crear embalses que regulan el flujo de agua hacia las turbinas generadoras de electricidad. Esto permite ajustar la producción de energía según la demanda.
En segundo lugar, encontramos las centrales hidroeléctricas de agua fluyente, también conocidas como centrales pasantes. Estas centrales aprovechan ríos con caudales constantes y terrenos accidentados. Desvían parte del cauce del río hacia las turbinas, generando electricidad. Una vez generada la energía, el agua vuelve al río sin alteraciones significativas en su flujo.
Otro tipo de central hidroeléctrica es la reversible o de bombeo. Estas centrales funcionan como una especie de batería recargable. Cuentan con dos embalses a diferentes alturas y, en momentos de baja demanda, utilizan la energía excedente para bombear agua del embalse inferior al embalse superior. Luego, en momentos de alta demanda, el agua se libera desde el embalse superior hacia el inferior, generando electricidad a través de turbinas.
En cuanto a la clasificación por potencia, existen las centrales hidroeléctricas de gran potencia, que superan los 10 MW. Les siguen las minicentrales, con una potencia de entre 1 MW y 10 MW. Por último, están las microcentrales, que tienen una capacidad máxima de 1 MW.
¿ES REALMENTE UNA FUENTE DE ENERGÍA SOSTENIBLE?
La sostenibilidad es otro punto clave a considerar cuando se trata de energía hidráulica. A diferencia de los combustibles fósiles, la energía hidráulica es limpia y no emite gases de efecto invernadero, lo que contribuye a la reducción de las emisiones de CO2 y a la lucha contra el cambio climático. Además, es una fuente renovable, ya que el agua es un recurso natural que se renueva a través del ciclo hidrológico. Esto la convierte en una opción muy atractiva para promover la transición hacia una matriz energética más sostenible y reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles.
Es importante destacar que la energía hidráulica no está exenta de desafíos. El costo inicial de construir las centrales hidroeléctricas y los embalses puede ser elevado, y su impacto ambiental en términos de alteraciones en los ecosistemas y en el entorno también debe ser considerado y mitigado. Además, en años de sequía (como los que solemos vivir en gran parte de España en verano) al haber menos agua embalsada se reduce drásticamente el margen de aprovechamiento de los saltos de agua, llegando a generar menos de la mitad de lo que se producía hace 20 años.
En resumen, la energía hidráulica se presenta como una fuente de energía renovable y sostenible que puede desempeñar un papel crucial en la transición hacia un futuro energético más limpio y responsable. Su capacidad para generar electricidad de manera constante, la convierte en una opción a tener en cuenta de cara a nuestra búsqueda continua hacia una alternativa energética en la lucha contra el cambio climático.
