Unielectrica

El consumo eléctrico demuestra que las fiestas navideñas fueron ‘dispersas’ y cortas

La demanda de los hogares en Nochebuena era mayor a la media desde las 7 de la tarde, pero se desplomó a medianoche con más rapidez que en años pasados.

En Nochevieja también se dio la más pronunciada curva descendente de demanda de energía.

 

Dos conclusiones de alcance han extraído los expertos de UniEléctrica de la demanda peninsular de electricidad en la Nochebuena  y en Nochevieja de 2020: las viviendas reclamaron más electricidad en principio, un reflejo claro de que había aumentado la cantidad de hogares que estaban de celebración familiar, y un notable descenso sobre la media de la década a partir de medianoche, indicador de que Santa Claus pasó antes por las casas y muchos más consumidores que en años anteriores se fueron ‘pronto a la cama’, algo similar a lo ocurrido en Nochevieja.

Comenzando por Nochebuena, así puede deducirse de la, como en otras muchas cuestiones condicionadas por la pandemia del pasado año, atípica curva de demanda de energía registrada por Red Eléctrica Española la jornada del 24 de diciembre en el sistema peninsular, con un pico de 29.431 MW a las 18:49 horas (entre 10 y 30 minutos antes que lo habitual de los cinco años anteriores, cuando el pico se situaba entre las 19:00 y las 19:20 horas), una demanda algo mayor también que la media del pasado lustro (que está en 29.517 MW en el pico). Sin embargo, lo más llamativo fue que esta curva descendió en esta última ‘Nochebuena del covid con una sensible lentitud, con 25.529 MW de demanda a las 22:00 horas (respecto a 25.078 MW de media entre las nochebuenas de 2015 y 2019) y 23.072 MW a medianoche (respecto a los 22.860 MW del pasado lustro), unos datos que pueden explicarse por haber aumentado el número de hogares que estaban con ocupantes activos debido a un menor reagrupamiento familiar.

El segundo aspecto notable es que a partir de medianoche la típica caída de demanda eléctrica en los hogares se aceleró enormemente respecto a la media de los años pasados, y a las 1.30 de la madrugada (hora en la que para muchas comunidades autónomas estaba fijado el toque de queda) ya era un 29,37% menos que en el pico de demanda del día 24, un descenso dos puntos por debajo de la media del pasado lustro, lo que señala que la fiesta familiar terminó en la Nochebuena del covid antes de lo ‘normal’. De hecho, entre medianoche y la 1.30 horas en los pasados años el descenso respecto al pico de cada edición se encontraba entre el 4,35% de 2019 y 4,36% de 2015 y el 5,24% de 2017, mientras que en este 2020 la bajada de la demanda eléctrica fue del 7,76% en esa hora y media.

Aunque el consumo en Nochebuena es sensiblemente dispar de un año a otro, en lo que influye principalmente las temperaturas, con picos que van desde la muy cálida Nochebuena de 2019 (27.631 MW a las 19:10 horas) hasta los 30.259 MW a las 19:20 del frío 24 de diciembre de 2017, el último lustro permite sacar una media muy ajustada como referente al compensarse  nochebuenas tanto cálidas como frías e incluso hábitos de consumo eléctrico de días laborables y festivos, con dos veladas de Navidad celebradas en fin de semana, la del 2016 (sábado) y 2017, que cayó en domingo.

Respecto a Nochevieja, por más que se intuyera, los datos de la REE pusieron a una tradicional noche de celebraciones que, en primer lugar, comenzó antes que ningún año desde el 2010, registrando el pico de demanda de energía a las 18:59 horas por las necesidades de los hogares con 31.994 MW, única vez en toda esta década antes de las 19:00 horas y mucho más tempranera que, por ejemplo, la Nochevieja del 2017 que registró su pico diario a las 19:56 con 29.254 MW. Sin embargo, llama la atención que el consumo eléctrico (algo mayor que la media de los últimos 10 años, de 31.456MW) fue cayendo a menor velocidad que nunca, con un descenso que solo fue del 10,83% a las 22:00 horas frente a la media de la década (13,41% en ese mismo instante o el 14,58% del descenso de la Nochevieja del 2012 en ese instante), lo que viene a señalar un mayor número de viviendas con actividad y que la Nochevieja, como ocurrió en Nochebuena, con una mayor ‘dispersión’ de familias en sus respectivos domicilios.

También para las uvas el progresivo descenso de la demanda de electricidad era el menor de toda la década, bajando un 21,44% respecto a la media, del 22,89%, y de años como el 2015, donde ya había descendido a medianoche un 24,38% respecto al pico diario. Sin embargo, fue a partir de entonces cuando el descenso de la ‘Nochevieja del covid’ fue igualando (ocurrió sobre las 1.30 horas) e incluso bajando más que la media hasta llegar a una caída respecto al pico de demanda del 40,49% a las 4.00 horas, la mayor bajada  proporcionalmente de todos y cada uno de los años de la década anterior y casi tres puntos por debajo de la media, una demostración en cifras de que los españoles se fueron antes a la cama.

La ‘Nochevieja del covid’ ha registrado en su consumo eléctrico un fenómeno muy similar al que ya advirtieron los expertos de UniEléctrica en la pasada Nochebuena, con una coincidencia más, en este caso sin estar relacionada con la pandemia y las restricciones sociales vividas: ha sido una de las Nocheviejas más ‘verdes’ de las que hay registros gracias a que el 55.77% de la demanda de consumo durante el pico diario provenía de fuentes hidráulicas (el 28,88%) y eólica (26,89%), solo superada desde el 2010 por la ventosa Nochevieja del 2017 en donde una enorme producción eólica lograba satisfacer un tope del 50,99% de toda la demanda peninsular durante el pico de aquel día.